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Glosario del Marco Teórico de las 16°vas Jornadas de Tiempo Libre y Recreación 

"Recreación con perspectiva de géneros: Deconstruyendo estructuras de poder desde praxis pedagógicas."

  • Patriarcado: Forma de organización social en que la autoridad es ejercida por los hombres. Representadas con los “jefes” de cada familia, (denominado «patriarca»). Este Sistema de relaciones sociales sexo–políticas plantea una red de jerarquías de opresión e imposición de poder que se ejercen desde lo simbólico a lo físico siendo la punta de la pirámide los hombres hetero cis occidentales. 

 

  • Androcentrismo: El hombre como referencia del ser humanx. Desde este lugar, hablar de “hombres” por ejemplo, quiere decir hablar de toda la humanidad. Se utiliza como parámetro para la cultura, política, economía, etc. naturalizando la mirada, e intereses masculinos. Asumiendo que  engloba a las demás identidades cuando solo las invisibiliza y naturaliza prácticas de ejercicio de poder.

 

  • Heteronormatividad: Es la naturalización de la obligatoriedad de la heterosexualidad que se presenta como la verdadera sexualidad para todos/as, dando lugar a la fijación de roles, identidades y conductas que deben ajustarse a una norma binaria.

 

  • Binarismo de género: Construcción social que categoriza de manera dicotómica las actividades, comportamientos, emociones, modales y anatomía humanos en masculino y femenino. Es uno de los principales pilares del patriarcado. El binarismo defiende que solo existen dos géneros, masculino y femenino, y dos tipos de ser humano, varón y hembra.

 

  • Orientación Sexual: Es la atracción emocional hacia otras personas, o también ha sido definida como la preferencia sexual en el vínculo sexo-erótico más o menos permanente que se establece con otra persona.
     

  • Identidad de género: Es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la que puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.

 

  • Expresión de género: La expresión de género es la forma en que nos manifestamos  mediante nuestro comportamiento y nuestra apariencia. Muchas veces es estos roles de género corresponde a una imposición binaria de estereotipos y normas sociales establecidas en la construcción de un único tipo de masculinidad y feminidad.

 

  • LGBTTTIQ: Siglas para referirse a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, transgéneros, intersexuales y queers.

 

  • Sexo Biológico: Determinado por los genitales, hormonas y cromosomas con los que se nace.
     

  • Intersexual: Alguien que nace con variaciones en sus genitales o una correspondencia atípica entre sus genitales, hormonas y cromosomas,  respecto de las formas habituales, por lo que no es posible asignarle un determinado género (varón o mujer).

 

  • Persona Trans (transexual, travesti, transgénero): Son aquellas que expresan una identidad de género diferente a la asignada al nacer según su configuración genital. Por lo general, han tenido que convivir con un cuerpo, una imagen y una socialización incongruente con lo que realmente piensan y sienten.

 

  • Cisgénero:  Cuando la expectativa social del género de la persona se alinea con el sexo asignado al nacer. En consecuencia, existen mujeres y hombres cis.8 El prefijo cis proviene del latín “de este lado” o “correspondiente a” y es el antónimo del prefijo trans, que significa “del otro lado”.

 

  • Queer: sustantivo que refiere a una persona extraña, rara, excéntrica, de carácter cuestionable  o de mala reputación. La apropiación del término pretende hacer referencia a todo aquello que se separa de la norma sexual, esté o no articulado en figuras identitarias.
     

  • La Teoría Queer es anti-esencialista. Niega tanto el carácter natural de la identidad como su condición fija y estable. Desde esta posición, la identidad es una construcción social que debe entenderse como proceso abierto a constantes transformaciones y redefiniciones.

 

  • Erotismo: Es la capacidad humana de experimentar las respuestas subjetivas que evocan los fenómenos físicos percibidos como deseo sexual, excitación sexual y orgasmo, y que por lo general, se identifican con placer sexual. El erotismo se construye tanto a nivel individual como social con significados simbólicos y concretos.

 

  • Equidad: Es un planteo que busca generar relaciones más justas. Se refiere a cualquier situación social, y específicamente aquí al género. Permite reconocer un punto de partida desigual, que busca equiparar esa “inequidad” a través de determinadas medidas relacionadas con la justicia social.

 

  • División Sexual del trabajo: La división sexual del trabajo es el modo de organizar las tareas referidas a la reproducción social de un grupo impuesto según un criterio de distribución (de tareas) basado en el sexo. Cuando hablamos de reproducción, no nos referimos a la reproducción biológica, solamente, sino a todas las tareas necesarias para la supervivencia y el desarrollo: proveerse alimentación, refugio, defensa, ordenar de alguna manera las interacciones sociales, distribuirlas entre personas, darle un sentido a lo que sucede, etc.

 

  • Misoginia: Odio y desprecio hacia las mujeres y, por extensión, todo lo que esté asociado con estereotipos tradicionalmente femeninos.

 

  • Abuso:  Realización de actos que atentan contra la libertad de otra persona. Diferentes tipos, es siempre una invasión física o psíquica que genera daños y se da en el marco de una relación dispar de poder.

 

  • Acosar: la acción de perseguir, molestar, hostigar sin respetar los límites, incomodidades o pedidos de la otra persona de forma insistente.  

 

  • Micromachismos: maniobras, estrategias y acciones de ejercicio de poder del dominio masculino en lo cotidiano. Atentan en diversos grados contra la autonomía femenina (moral, psíquica, económica o de la propia personalidad). limitan libertades, pensamientos, tiempos, espacio, y capacidades de decisión. Basadas en los privilegios sociales del rol masculino, se ejercen desde las personas con el aval del aparato simbólico social.

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  • Desautorización: Estas maniobras están basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la razón, lo correcto y el derecho a juzgar las actitudes ajenas desde un lugar superior. Presuponen el derecho a menospreciar. Conducen a inferiorizar a la mujer a través de un sinnúmero de desvalorizaciones, que en general son consonantes con las desvalorizaciones que la cultura patriarcal realiza, y que hacen mella en la autoestima femenina. Un gesto desautorizador y despreciativo muy utilizado para acompañar este tipo de mM es la cara de perro;, que difícilmente es aceptado como propio por el varón Entre las desautorizaciones tenemos diferentes subgrupos: 

  • Descalificaciones. Suponen el derecho a valorar negativamente las actitudes de la mujer, denigrándola y no dándole el derecho a ser valorada y apreciada a menos que obedezca las razones del varón y haga lo que según él es correcto. Para ello sirven todo tipo de expresiones y etiquetaciones descalificatorias. Algunos ejemplos de estos mM son: la ridiculización, el restar importancia y quitar seriedad a las opiniones femeninas, redefinir como negativos cambios positivos o cualidades de la mujer y desvalorizar cualquier transgresión al rol femenino tradicional.

  • Negación de lo positivo. No se reconoce a la mujer sus cualidades ni los aportes positivos 

  • Colusión con terceros. Aquí, el varón intenta establecer alianzas con las personas con los que la mujer tiene vínculos afectivos a través del relato de historias sesgadas, secreteos, etc., con el objetivo de desautorizarla y dejarla sola y a su merced. 

  • Terrorismo misógino. Se trata aquí de comentarios descalificadores repentinos y sorpresivos, realizados generalmente en el ámbito público, que dejan indefensa a la mujer por su carácter abrupto. Producen confusión, desorientación y parálisis. Utilizan la ridiculización, la sospecha, la agresión y la culpabilidad. 

  • Autoalabanzas y autoadjudicaciones. En estas maniobras, se desautoriza a la mujer a través de la hipervaloración que hace el varón de sus propias cualidades o aportes, así como autoadjudicándose espacios, objetos o tiempos que se niegan a la mujer. Pertenecen a este grupo la actitud de no dejarse enseñar por la mujer.

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